domingo, 22 de noviembre de 2009

ELENA GUTIERREZ/TEXTO ARGUMENTATIVO/ ¿QUIEN QUIERE SER MILLONARIO?

La película Slumdog Millonaire(2008), dirigida por Danny Boyle, ha sido recibida con los brazos abiertos por los críticos y el público. Los ocho Oscares otorgados por la academia a esta producción audiovisual nos recuerdan la importancia de analizar en detalle los distintos códigos del filme . La fotografía de la película, a cargo del ingles Anthony Dod Mantle, utiliza múltiples veces el recurso del plano holandés (Código de Encuadre) para romper con el esquema habitual de la tradición cinematográfica. (Tesis)

El “Dutch angle” se logra en las películas inclinando la cámara a un ángulo de máximo cuarenta y cinco grados produciendo una imagen de aspecto inestable. La utilización tan insistente de este recurso causa molestia a aquellos apegados a una estética cinematográfica clásica. Según esta escuela la cámara debe de permanecer desapercibida ante los ojos del espectador; esta debe simplemente servir para contar una historia. El plano aberrante le recuerda al público que están viendo una película rompiendo con la verosimilitud de la historia.

Muchos critican que en el caso de Slumdog Millonaire el plano aparece sin justificación alguna y en demasiadas ocasiones. En un punto de la película hay una breve toma en el parque del call center adonde Jamal trabaja en donde se pueden observar un grupo de misceláneos caminando. Uno de ellos mira directamente a la cámara, mueve su mano y dice “aquí no se puede filmar”. Esta breve toma era totalmente incensaría para el trama de la película pero fue incluida precisamente por la misma razón por la cual se puede justificar el manejo de los planos holandeses en el filme. A Boyle no le interesaba dirigir una película en la cual el público estuviera totalmente absorto en el mundo de la pantalla. Era su intención que la cámara en Slumdog Millonaire no pasara desapercibida.

Slumdog Millonaire es el perfecto ejemplo de cómo una historia un tanto trillada puede convertirse en una experiencia enriquecedora y emocionante. Los movimientos de cámara trabajan en conjunto con los códigos cromáticos y de iluminación para crear un filme visualmente inovador. Danny Boyle, con su atrevido uso de la cámara, propone lo mismo que propone la narrativa de su película: la vida es un juego.

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